La importancia de las cosas que decimos y de las que transmitimos es crucial para construir lo que nos rodea. Así pues debemos ser conscientes de que cuando hablamos o nos comunicamos transformamos nuestro entorno.
Pero eso no queda ahí, hay más complejidad en nuestras palabras porque del mismo modo que nosotros podemos alterar el entorno y a los que nos rodean, los que nos rodean y el entorno pueden hacer lo mismo contigo.
¿Y como nos afecta eso a nosotros? Pues bien, existe una relación directa entre lo que percibimos y lo que sentimos, de modo que podríamos decir que un entorno hostil genera ese tipo de sentimientos, lo mismo sucede cuando alguien que está en estado de felicidad y alegría, de algún modo la transmite a su entorno y eso hace que nos sintamos felices porque eso nos impregna, seguro que muchos de vosotros habéis sentido eso alguna vez…
Pues bien, el caso es que las palabras y el tono de voz con el que conversamos están cargadas de emociones aunque no contengan ningún tipo de significado. Por otro lado, se sabe que una de las peculiaridades del ser humano es el hecho de poder empatizar con el resto de personas. Para eso existen un tipo de neuronas llamadas «neuronas espejo» las que se encargan de emular la emoción de otro sujeto ajeno, por eso cuando alguien se hace daño frente a nosotros sentimos como si nos hubiéramos hecho daño nosotros y reaccionamos con esa cara de dolor aunque quien se ha caído no fuimos nosotros sino otro.
Dicho de otro modo, su función es la de activar los estímulos que otros sujetos están realizando físicamente u emocionalmente.
Realicemos un ejercicio para que podáis entenderlo, visualizad el siguiente vídeo:
Reacción de una chica sorda que a través de un implante escucha por primera vez.
Simplemente viendo el vídeo, pudimos emular los sentimientos de otra persona, hasta tal punto trabajan nuestras «neuronas espejo» que incluso a través de un vídeo podemos sentir algo parecido a lo que sintió otra persona que ni conocemos. Pues ese es el trabajo que hacen las neuronas espejo, reproducir lo que sienten otros sujetos.
Algo sorprendente de estas neuronas es que nos ayudan precisamente a intuïr los sentimientos, los pensamientos y hasta las intenciones de un sujeto con solo observándolo. Nuestra mente está constantemente analizando nuestro entorno e interpretando lo que nos rodea.
Entonces, si lo que hacen y lo que sienten los otros nos afecta y viceversa ¿Porquè hablamos del poder de la palabra? ¿Que relación hay entre lo que se dice y lo que se siente? Pues bien, entre lo que se dice y lo que se siente existen varios factores que transmitiéndose afectan al sujeto.
Cuando hablamos con alguien lo que sucede es lo siguiente:
- Se transmite información mediante las palabras y nuestra comunicación no verbal que son interpretadas por tu cerebro analizando; el tono de voz, la persona en si, el contexto de ambos, sus expresiones, las palabras de forma conceptual, el entorno, etc.
- Esa interpretación se genera a través de todos esos factores dandole más o menos prioridad a los factores en función de otras variables personales. Se activan partes del cerebro entre ellas las neuronas espejo, la imaginación, el recuerdo en memòria, etc.
- Esa interpretación genera una respuesta del sujeto y hacia su entorno.
Y esque dicho así, podemos decir que parece más o menos obvio que las palabras modifican el estado emocional de las personas, pero la comprensión del flujo en la comunicación humana puede darnos mayor consciencia de lo que decimos o dejamos de decir.
Nota aclaratoria: Este artículo trata sobre aspectos de la comunicación humana de forma reflexiva bajo mi punto de vista, es la responsabilidad de quien lo interprete interpretarlo de cualquier otro modo.
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- ¡Buen artículo Met!
- Sigue así…!
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- ¡Yo también!
- …
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Me encantó tú artículo, edificante
Me alegro que te haya gustado Marinella 🙂
Un artículo muy bien redactado e interesante Met y además informativo.
Gracias